6 CANTOS Y UN CORO TRAGICO

Obertura La luz sobre Jerusalem, que se divisa a los lejos, la torna dorada. El polvo que flota en el aire, hasta donde llega la vista, sobre valles y montañas es, así mismo, dorado. A veces, se piensa que es el polvo de los huesos de los miles de muertos en batalla, desde la época de los arameos y nabateos. O de épocas anteriores. Un soldado judío: A mi hermano menor, Dan lo mató un terrorista; el que explotó la bomba en la fiesta de boda, murieron los novios, sus padres y doce invitados. Dan había asistido en representación de mis padres, ni siquiera, conocía a los novios. Todavía, mi madre no para de llorar. Un combatiente palestino: No es que quiera ganar el paraíso muriendo como un mártir. Yo, ni siquiera soy religioso. Pero, es imposible seguir viviendo sin vengar a mi padre, masacrado por cuatro soldados judíos con una piedra grande. Se turnaban para machacarlo, mientras lo tenían amarrado y echado boca abajo. Mi madre y mis hermanas vieron todo desde lejos. Un soldado judío: Un beduino ametralló un bus escolar. A uno de los niños, las balas le arrancaron la quijada, quedó vivo, murieron cinco. Un combatiente palestino: Como un mártir. Quiero morir como un mártir. Un soldado judío: A veces, me siento como un salvaje de los Khemer Rojo; salir a matar por matar. Se lo he dicho al loquero que nos trata en mi unidad. El no comenta nada, solo anota. Un combatiente palestino: Mi primo Nabil mató seis judíos con una bomba. Ahora, está en el paraíso. CORO FUNEBRE En las calles de Tel Aviv la gente se amotina, grita que siente asco, el pueblo israelí, sus pilotos de aviones y tanques no quieren la matanza de los niños que viven amontonados en los campos de concentración de Barazil y Salam dentro de la Franja de Gaza. En tres días de masacre han muerto sesenta y dos niños. Sus pequeños cuerpos están todavía, tirados a la intemperie. La operación terrestre y aérea llamada, "Arco iris sobre las nubes" proseguirá por treinta días más. faustos dimitrakis/ 2004