CARTEL SOPRANO EN ECUADOR

Es como si hubiera un clan Soprano
para orientar y dirigir al poder transitorio
puesto al apuro,
en montura improvisada a horcajadas del país,
un clan Soprano
impuesto por Chávez
capaz de preparar con prolija destreza,
de expertos en trampas y tretas
su dominio real, férreo, cruento
y ese sí,
total y absoluto
en las leyes nacionales
en toda la información pública,
medios de comunicación
fuerzas armadas,
aulas, libros,
en esa suerte de innovación miserable
que es la adquisición autoritaria de comestibles
y su reparto por raciones,
en el reparto mísero de la leche escasa
del agua
del vestido
de las viviendas y
minifundios comunales
en la adjudicación a dedo, de pequeños gallineros
y chiqueros
mientras los aventureros del clan Soprano,
a la sombra de la desesperación
de los habitantes sojuzgados de toda la nación
sometidos por el hambre y las enfermedades,
puedan evaporar y derrochar a sus anchas
la enorme riqueza ecuatoriana,
y ya sin testigos, jueces
o fiscales de valía
ante un pueblo diezmado, devenido en acobardado
y hambreado
la era del Cartel Soprano se instalará oficialmente en Ecuador:
Vengan los CDR chavistas y castristas
vayan por los Fulanos,
vayan por Sutano, Perengano y los Pericos de los Palotes:
cárcel, sin juicio ni apelación.
Vamos con los golpes inmediatos bien orquestados:
Desaparezcan los periódicos,
clausuren legalmente los canales de televisión,
cierren radios,
abaleen y apresen a periodistas,
reporteros, intelectuales y disidentes
hasta nueva orden.
Hasta cuando la emitan
algún día,
los ocho magníficos vitalicios chavistas
y castristas
del Cartel Soprano.


Faustos Dimitrakis
Guayaquil, junio/ 09