EL SANGRIENTO CASTRO RECULÓ
El comunismo cubano no va más.
Ahora
el pueblo debe desmontar
el campo de concentración más grande del mundo.
Perdonar 50 años de crímen y oprobio
que desperdigaron tortura
cárcel cavernícola y muerte atroz
a lo largo y ancho de su isla.
La gente en las calles
será libre de hablar en voz alta
libre de reír a carcajadas
de respirar sin miedo
y acariciar la esperanza
de que en sus casas
un día habrá comida suficiente
y alguien podrá agradecer a Dios
sin ser apresado por ello
y declarado enemigo de la revolución de Castro.
Faustos Dimitrakis, Amarales septiembre 8/2010